Historia

Educar es un acto de amor

Educar es un acto de amor; es dar vida, afirma el papa Francisco. Esta realidad la constatamos en nuestros orígenes como Instituto de Vida Consagrada.

A finales del siglo XIX, Madre Carmen del Niño Jesús escucha el clamor de los pobres que conmueve su corazón y sale al encuentro de ellos con la mejor herramienta que puede dignificar a la persona: la cultura.

Madre Carmen se pone manos a la obra para acoger a sus «angelitos», como ella llama a los niños, sin más recursos que la Divina Providencia procurando una formación de calidad a las Hermanas que iban a estar al frente de esta labor educativa; acogiendo a todo aquel que llamaba a su puerta o saliendo al encuentro del necesitado; empeñándose en formar en las virtudes sólidas el corazón de la juventud; buscando cultivar en todo momento el espíritu de familia; anhelando enseñar a todos el amor que Dios les tiene.

En Calasparra el colegio “Nuestra Señora del Sagrado Corazón” es un centro dirigido por las Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones. Nuestra familia religiosa nace en el año 1884 en Antequera (Málaga) por obra de Mª del Carmen González Ramos, que toma el nombre de Madre Carmen del Niño Jesús al fundar la Congregación de Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones. Desde entonces, nuestra Congregación se esfuerza por ofrecer a la sociedad sus colegios no sólo como lugar de enseñanza, sino como comunidad de vida, en la que todos aprenden a respetarse, a estimarse, a trabajar en equipo, a asumir los conflictos y a enriquecerse con las diferencias.

La historia de nuestro colegio se remonta a principios del siglo XX y está vinculada a una mujer, doña Francisca de Paula Galiano Fernández.

Doña Paula, así la llamaban, siente en su corazón el deseo de hacer el bien. Planea construir y dotar a Calasparra de un asilo de ancianos. Así se lo hace ver a un renombrado jesuita de la época: el Padre Tarín. Este le orienta su proyecto inicial hacia la creación y la dotación de un Colegio que podría ser regido por alguna Congregación dedicada a la enseñanza y atención de niños y niñas. Acude, entonces doña Paula al párroco D. Esteban Cuenca Navalón, su director espiritual que inicia todos los trámites para que la fundación sea una realidad.

No tenemos constancia documental de en qué momento se produce el contacto con la Congregación de Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones; lo cierto es que estas llegan a Calasparra el 17 de junio de 1914. El día 29 del mismo mes queda constituida la Comunidad y el día 1 de julio se abren las clases con numerosa asistencia de niños y parvulitos, según narran las crónicas de la Casa.  

Desde este día, salvo durante el periodo de la Guerra Civil en la que Calasparra acogió en sus casas a las hermanas, nuestro colegio ha abierto sus puertas sintiéndose unido a este pueblo en la promoción y educación de sus niños y jóvenes, en la acogida a las familias y en el acompañamiento a los enfermos y ancianos.